A veces, renegamos de las segundas oportunidades, aunque hay piezas de metal antiguas que están deterioradas y de las que nos rehusamos a despedir por su valor emocional, histórico o por su encanto único. Si estás en la disyuntiva de restaurar metales o salir de ellos, ¡no temas! ¡A ellos podemos darles una segunda oportunidad en el look del hogar y disfrutarlos como el primer día!
La intuición no falla y cuando tus corazonadas saben que es una pieza acertada para la decoración y tu amor por ella permanece intacto, solo que un poco decaído por sus desperfectos, entonces estás en el camino correcto. Así pues, es probable que después de restaurar los elementos de metal, recobren su fuerza y sean un complemento SUPER llamativo. ¡Pon el plan en marcha y convierte estas recomendaciones en oportunidades para conservarlas en casa, tal vez no es tiempo de deshacerse de ellas!
¿Cómo restaurar metales? ¡No los tires al vertedero, pueden ser parte de la decoración!
¿Ferrosos o no ferrosos? Esto es lo primero que debes conocer para aplicar el tratamiento adecuado al objeto metálico, dado que tienen técnicas diferentes. Ahora, la manera de reconocerlos es muy evidente en su proceso corrosivo, ya que los metales ferrosos (hierro) se tornan naranjas. Mientras que, los no ferrosos, como el cobre, aluminio, bronce, zinc, estaño, magnesio, plomo y níquel, al oxidarse, cogen un tono azulado, verdoso o grisáceo.
Una vez que hayas determinado su tipo de metal, entonces ponte los guantes para proteger tus manos de la herrumbre y de los productos que usarás. ¡Qué comience la intervención! Para iniciar, vamos con remedios caseros, poco invasivos y tóxicos, que nos ayuden a restaurar los metales.
- En este tópico ecológico cabe mencionar al vinagre blanco puro. Con solo humedecer un paño de vinagre y frotar los objetos, irás removiendo el sucio. Para eliminar su olor, moja un trapo con agua, pásalo por las piezas y sécalas muy bien.
- Otra opción muy sencilla y que tenemos en casa, es echar cinco dedos de agua en una olla, colocarle una cucharada de bicarbonato y una de sal. Seguidamente, pon a hervir esta mezcla y cuando esté en ebullición, sumerges los objetos durante cinco minutos. Una vez pasado su tiempo, los sacas de la olla con mucho cuidado y los secas bien, ¡verás cómo se remueven las machas!
- Sin embargo, si lo que buscas es restarles opacidad a tus accesorios metálicos y ponerlos a brillar, bastará con aplicar cera líquida y pulir un poco con un pañito, ¡será un espejito improvisado! No obstante, para limpiar el acero inoxidable será mucho mejor que no emplees la cera y recuperes las piezas con agua gasificada, te dará resultados casi inmediatos.
Remedios prácticos para restaurar metales no ferrosos: aluminio, bronce y cobre.
Algunas de las antigüedades que más resguardamos en casa y que queremos conservar en óptimo estado son comúnmente de bronce o de cobre, o tienen partes de estos materiales. De acuerdo a su oxidación, el tratamiento es distinto, debido a que pertenecen a la familia de los no ferrosos, al igual que el aluminio.
- En este orden eco ideas, puedes recobrar la vida y el brillo de un artículo hecho solo de bronce con jugo de limón, amoniaco, agua y vinagre. El procedimiento consiste en mezclar estos productos en un envase e introducir la pieza en dicha mezcla por cinco minutos. Luego, sácala y sécala con un paño de tela suave. ¿El polvo y la suciedad? ¡De seguro los verás nadando en el mejunje!
- ¿La salsa de tomate? ¡Sí! Es cuestión de embadurnar con kétchup el objeto de cobre y frotarlo con un trapo, haciendo movimientos suaves. De tal modo, irá disipándose la mancha de óxido y para cerrar este proceso, deberás retirar la salsa con agua tibia. ¡Voilà, un poco de salsa dejará resplandeciente tu tesoro!
- El cobre es otro de los metales más duraderos y resistentes, es por eso que hay utensilios de cocina o adornos, por ejemplo, que no han desamparado a varias generaciones de la familia. Y así como su vida es tan longeva, su mantenimiento debe reforzarse para atesorar a estas preciosas reliquias. Y quizás te parezca un poco curioso, pero la salsa de tomate tiene cierto poder para eliminar el óxido del cobre y recuperar su atractivo.
- ¿La salsa de tomate? ¡Sí! Es cuestión de embadurnar con kétchup el objeto de cobre y frotarlo con un trapo, haciendo movimientos suaves. De tal modo, irá disipándose la mancha de óxido y para cerrar este proceso, deberás retirar la salsa con agua tibia. ¡Voilà, un poco de salsa dejará resplandeciente tu tesoro!
¡Refuerza su belleza! Recupera el brillo de tus piezas.
Y entre alternativas naturales para restaurar metales, hallamos la de una de las piezas más usuales en casa y de fácil oxidación: el aluminio. Para abrillantar a este protagonista de muchos baños y escaleras de mano, necesitarás unir agua con cremor tártaro y mojar un paño con esta solución. Después, restriega el paño sobre la pieza y ya está. ¡Preparado para alardear cuán brillante quedó tu objeto con esta receta secreta! ¡Nadie lo sospechará!
Restaurar o recuperar los objetos de metal que tienes en casa puede ser una forma muy sutil de resguardar fragmentos históricos de la familia o de alguna cultura. Y es que la renovación de la vivienda no solo es la acción de cambiar, sino de transformar componentes para avivar espacios y reencontrarse con emociones únicas, aglomeradas en espacios silentes, al menos así lo interpretamos en EMME Studio.
Si piensas en refrescar tu casa y convertirla en tu lugar soñado, nuestra mejor recomendación es que cumplas tu deseo con nuestros profesionales, ¡el team EMME Studio!